05/09/2022. La cantaora y bailaora caravaqueña Maruja Garrido regresa a su tierra natal casi cincuenta años después para protagonizar un concierto organizado por el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz, con el que quedará clausurada la programación municipal de verano.

La cita será el sábado de 17 de septiembre, a las 21.00 horas, en el paseo de La Corredera, con acceso libre. Para facilitar el desplazamiento desde las pedanías del municipio, el Consistorio pondrá a disposición una línea de autobús gratuita con horarios y salidas que se comunicarán a través de los pedáneos y asociaciones de mujeres rurales.

Maruja Garrido visitó la ciudad de Caravaca de la Cruz en 1976, cuando ofreció un concierto benéfico a favor de un colegio para personas con discapacidad en el Gran Teatro Cinema y recibió el homenaje de sus paisanos bautizando con su nombre una céntrica avenida como reconocimiento a su dilatada trayectoria artística. 

Hija del destacado cantaor flamenco ‘Niño de Levante’, Maruja nació 1942 en el seno de una familia muy humilde. Según reflejó Juan Manuel Villanueva en un artículo dedicado a la artista, “siendo muy niña, acompañaba a su abuela para ver a las compañías que desfilaron por el Gran Teatro Cinema, donde contemplaría los espectáculos de Juanita Reina Lola Flores, Imperio Argentina o Conchita Piquer, tomando las bases de lo que se convertiría en un arte personal”.

Pronto se marchó a Cartagena y poco después a Barcelona, donde debutó en el tablao ‘Los Tarantos’. Allí coincidió, entre otros, con Antonio Gades. Hicieron historia sus célebres actuaciones en el Teatro "Olimpia" de París, apadrinada por Salvador Dalí.

De nuevo en Barcelona, fue una de las creadoras de la rumba catalana, junto a Peret o Antonio González ‘El Pescailla’. Se hizo famosa por aflamencar canciones clásicas como ‘Guantanamera’ o ‘Extraños en la noche’, pero su gran éxito le llegó con la canción ‘Es mi hombre’, acompañada de un video coprotagonizado por Salvador Dalí y producido por Valerio Lazarov para TVE. Llegó a formar su propio cuadro flamenco, actuando, también, en el Festival del Cante de las Minas de La Unión en los años sesenta como una verdadera estrella. 

El historiador caravaqueño Francisco Fernández escribió de ella en el semanario 'El Noroeste' que “su nombre figura por derecho propio en un lugar de privilegio en la historia de la música popular española. De los orígenes más humildes a la cumbre de la fama, todo un ejemplo de superación, que explica el éxito de una carrera basada en el trabajo, la constancia y el sacrificio, pero también en el arte, porque Maruja es artista por los 4 costados. Duende, feeling, temperamento y emoción… A Maruja Garrido la llamaron con toda razón «la voz de fuego», su personalísimo estilo rompió el panorama musical español de finales de los 60 y fue la precursora y máxima representante de lo que se vino a llamar “flamenco pop”.